jueves, 3 de diciembre de 2009
El hombre al que admiraba Sorolla tiene su plaza en Godella
José Navarro Llorens, ‘el olvidado’ es uno de los grandes pintores valencianos del Siglo XIX.
Godella ha saldado una deuda con su historia al inaugurar la Plaza José Navarro Llorens, dedicada al pintor que residió buena parte de su vida en el carrer Ample, número 59. El reconocimiento llega a iniciativa de la plataforma que está organizando la exposición “Cent anys de pintura a Godella”. Uno de sus principales impulsores, Enrique Rodríguez-Bronchú consideró que “la figura de Navarro tiene tanta importancia plástica como las de sus coetáneos Pinazo o el propio Sorolla”.
El acto fue presidido por el alcalde de Godella, Salvador Soler quien destacó la obra del artista y se comprometió a promover un monográfic sobre Navarro Llorens en la futura sala de exposiciones de Vil·la Eugènia. Asistieron la nieta del pintor, María Amparo Cardona y Esperanza Lluch, viuda de su nieto, Carlos Cardona; asícomo la práctica totalidad de pintores del municipio como Luis Giner, Puig Benlloch, Juan Lluna o Francisco Alonso, entre otros.
El concejal de cultura, Miguel Gago aludió en su parlamento al orgullo de Godella y a la justicia con el pasado representadas en la colocación de la placa obra del ceramista de Manises Arturo Mora. “Así como Buñol utiliza el tomate para exportar internacionalmente su imagen y Cheste, el circuito Ricardo Tormo; Godella tiene que utilizar la cultura”, expuso Gago.
“La apuesta por la cultura,”-continuó Miguel Gago- “en este sentido se está viendo plasmada en inversiones como la puesta en marcha del Conservatorio, la sala de Exposiciones de primer nivel de Vil·la Eugènia o la ampliación del escenario, del foso para los músicos y del almacén del Capitolio.
La obra de José Navarro Llorens (1867-1923) tan sólo fue valorada en vida por unos cuantos entendidos de su época, entre ellos Joaquín Sorolla. Cuenta Adolfo Azcarraga en su libro “Arte y artistas valencianos” una anécdota al respecto: escuchando Sorolla un comentario inapropiado sobre Navarro, contestó furibundo: “Xe, quan parles de Navarret, llevat la gorra”.
José Navarro Llorens murió a los 57 años, en 1923 (el mismo año que su admirado y admirador Sorolla) tras haber perdido a su mujer y sus dos hijos por tuberculosis.